sábado, 4 de septiembre de 2010

HUELLAS DE LA ERUPCIÓN DEL EYJAFJALLA



La cascada Seljalandsfoss no es la más alta ni la más caudalosa, pero sí es de las más bellas del sur de Islandia.


Desde lo alto de Seljalandsfoss se alcanza a ver el último tramo del río Markarfljót y los efectos del  jokulhaup o avalancha de ceniza y barro arrastrados tras la erupción del volcán Eyjafjalla y la fusión del hielo.
 

Desde la carretera N1: el desbordamiento del Markarfljót y, al fondo, la cascada Seljalandsfoss.
 

Efectos de la avalancha de agua, barro y cenizas.
 

Las obras de recuperación progresan deprisa. El puente sobre la N1 y los diques de la fotografía han sido reconstruidos.
 

La máquina visible arriba a la izquierda da idea del espesor de la capa de barro y ceniza que cubrió todo el área de pastos en el valle del Markarfljót.
 

Obras de recuperación del terreno. Al fondo, las islas Westmann. Desde finales de julio de 2010, el ferry a las islas zarpa del nuevo puerto construido muy cerca de aquí, sustituyendo a la antigua y lejana terminal de Þorlákshöfn. La travesía apenas dura ahora unos quince minutos.
 

En el bungalow de la derecha pasamos dos noches a finales de julio. Al fondo, la vertiente sur del Eyjafjalla. El hielo del glaciar, completamente negro, asoma bajo la niebla en la collada. Planeamos subir desde aquí hasta el glaciar pero la propietaria nos advirtió que, de momento, la aventura sería extremadamente peligrosa.
 

Alrededor de los bungalows la hierba ha brotado a través de la espesa capa de cenizas merced a las veinte horas diarias de sol en junio y al agua abundante. Los propietarios del Hotel Edimborg de Lambafell y los dueños de otros alojamientos y granjas vecinas tuvieron que emplearse muy a fondo para limpiar sus propiedades.
 

Por la senda de trekking que sube desde la cascada de Skógar hacia Þorsmörk a través del paso de Fimmvörðuháls, las cenizas han tiznado el paisaje confiriéndole un aspecto siniestro. Arriba, a la derecha, el hielo del glaciar Mýrdalsjökull es negro también.  
 

Aspecto del Sólheimajökull, lengua del Mýrdalsjökull cercana a Skógar.
 

En el frente del glaciar se acumulan grandes cantidades de cenizas y barro.
 

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