LANDMANNALAUGAR, IMPRESCINDIBLE




Sendero de ascensión al pico Bláhnúkur. Al fondo (izquierda), la masa de lava de Laugahraun se detuvo ante la verde área de acampada y de baños.



Los valles fantásticos de Landmannalaugar vistos desde la subida al Bláhnúkur.




Área de aparcamiento y acampada entre un laberinto de corrientes.

 


Vadeando la última corriente en el acceso al camping.

 



Lugar de baños termales. Al fondo, edificios de servicio del camping.

  


Baño en la confluencia del agua glacial con el agua termal.

 


Al pie de la montaña, la fumarola Grænagil.

 


Los valles de Landmannalaugar: Valle de Graenagill. Al fondo, fumarola.

 


Otro de los valles de cabecera.

 



Un vehículo adecuado para pistas y vados.

  


Área de aparcamiento.

 



Uno de los valles espectaculares de Landmannalaugar.


http://www.landmannalaugar.info/

La Reserva Natural de Fjallabak (Friðland að Fjallabaki) fue establecida en 1979. Abarca 47.000 hectáreas en las tierras altas e inhóspitas del interior de Islandia, siempre por encima de los 500 metros sobre el nivel del mar. El área es montañosa, esculpida por la actividad geotérmica y formada por volcanes, campos de lava, montes de extraños colores –roca ígnea volcánica de tonalidades rosa, verde, azul, amarilla, roja, blanca o negra-, largos valles de fondo arenoso totalmente plano e infinidad de ríos y lagos.

El 80% del Parque Natural es la región llamada Landmannaafréttur. El topónimo se compone de land (país), mann (gente) y afréttur (pastos de las tierras altas). Desde junio a septiembre, los granjeros mantienen en el afréttur gran cantidad de ovejas desperdigadas en pequeños grupos, a veces de solo tres unidades. La lejanía y las duras condiciones orográficas y meteorológicas del territorio obligaron secularamente a emplear mucho tiempo en recoger los rebaños al inicio del otoño e incluso a jugarse la vida en muchas ocasiones. (Ver la entrada del 21 marzo 2010 titulada LAS TIERRAS ALTAS E INHÓSPITAS).

El 20% restante de la superficie del Parque está al norte del río Tungnaá y se conoce como el Veiðivötn (aguas de pesca). Hay aquí abundancia de pequeños ríos y lagos entre dos cadenas montañosas paralelas, Vatnaöldur y Snjóöldufhallgardur.

Landmannalaugar es sólo una pequeña parte de la Reserva Natural, pero tiene un especialísimo interés geológico y, sobre todo, una belleza paisajística excepcional. La web oficial de Landmannalaugar contiene una página titulada ABC of Landmannaafréttur que es un glosario de topónimos del que hemos obtenido parte de la información que aquí manejamos. Los autores de la web afirman que es difícil descubrir un panorama con tal diversidad de formas y colores, con tantas y tan asombrosas sorpresas tras cada recodo de los muchos senderos que lo recorren. Estamos de acuerdo. Creemos que Landmannalaugar es uno de los parajes que todo viajero en Islandia debe conocer sin falta.

A pesar de su situación aparentemente remota y aislada, es fácil llegar durante los meses de verano. Es posible contratar la visita con una agencia de viajes o acudir con un coche alquilado (que debe ser al menos un todo-camino). Los viajeros en automóvil, moto o bicicleta deben elegir bien la pista de acceso porque las posibilidades son varias y las dificultades también. En la extensa y pulcra zona de acampada de Landmannalaugar hay diverso tipo de servicios. Se puede conseguir algo de comida, botellas de gas, mapas y otros artículos de primera necesidad además de información rigurosa acerca de itinerarios para excursiones o travesías. Quienes viajan en su propio vehículo deben saber que no hay estación de servicio y que la más próxima está unos 40 kilómetros atrás, en la pista F26.

La web oficial recuerda que el objetivo de la Reserva Natural de Fjallabak es proteger la naturaleza en todos sus aspectos. Miles de excursionistas disfrutan cada año de este lugar o lo tienen como base de operaciones para el trekking, por eso es obligado observar el código de conducta expuesto en los paneles informativos de las áreas de acampada: Landmannalaugar, Landmannahellir y Hrafntinnusker. Durante el mes de julio se llega a reunir una verdadera multitud en el Parque, pero al senderista le basta con caminar durante cinco minutos para encontrarse a solas en medio de una belleza natural imponente, sobrecogedora.

Muchos visitantes, en particular los que vienen con viaje organizado, disponen de muy poco tiempo. Eso nos ocurrió a nosotros en una anterior ocasión. Así y todo, cinco horas pueden ser suficientes para llevar de aquí un recuerdo imprescindible en el archivo de la memoria necesaria. Un caminante medianamente entrenado puede coronar el Bláhnúkur, la montaña más célebre de Landmannalaugar, en menos de una hora. Un buen sendero, muy directo y por lo tanto pendiente, alcanza la cumbre a 945 metros sobre el nivel del mar. Todo el recorrido ofrece unas panorámicas espléndidas. La garganta y la fumarola de Grænagil o el campo de lava de Laugahraun están en todo momento a los pies del caminante por el flanco norte. Y la cima alcanza a observar toda la rosa de los vientos.

De vuelta al área de acampada, no puede faltar un baño en el pozo caliente donde confluyen dos corrientes: la de agua fría procedente de la nieve y la de agua hirviente que mana bajo el campo de lava. Con un par de brazadas a derecha o a izquierda, la temperatura del agua puede dar un salto tremendo. Hay momentos con notable concurrencia de bañistas de las más diversas procedencias –el Pozo de Babel- y otros en que el lugar se encuentra solitario.

En próximas entradas nos ocuparemos de las rutas de acceso a Landmannalaugar (la belleza del paisaje, siempre a la vista del gigante y legendario volcán Hekla, es asimismo excepcional), de las travesías que es posible emprender desde aquí y de algunas leyendas.