Las siguientes líneas ayudan a comprender el poema ISLANDIA de Jónas Hallgrímsson, que aparece en la entrada del 14 de septiembre de 2010 titulado LA EDAD OSCURA. Aquí se habla del viejo Þorgeir que tanto meditó antes de decidir la conversión islandesa al cristianismo. Se habla también del respetado Snorri y del río Öxará y de otros aspectos a los que los versos de Hallgrímsson hacen referencia.
Los hilos que tejen la historia de Islandia empezaron a anudarse en Þingvellir, el Santuario de la nación. Las crónicas medievales ilustran acerca del régimen de gobierno y de sus leyes en aquel tiempo venturoso, anterior a la Edad Oscura, cuando florecieron la cultura, la literatura y los viajes de exploración. Aquel tiempo añorado por el poeta.
En el paso del siglo IX al X, los colonos islandeses trataron de administrase constituyendo asambleas o concejos regionales y celebrando anualmente una Asamblea General, el Alþing.
En el año 930 fue constituido en Þingvellir (Llanos del Parlamento), el congreso político y legislativo más viejo de Europa. Faltaban 258 años para las primeras Cortes del Reino Hispano de León, que a veces pasan por ser las más antiguas. La mancomunidad entonces creada, la nación islandesa realmente, se mantuvo hasta 1271. Durante ese tiempo, una vez al año, los islandeses acudieron en masa a Þingvellir para celebrar la Asamblea que duraba dos semanas.
Las investigaciones arqueológicas hán permitiendo sacar a la luz o identificar numerosas huellas relacionadas con el Alþing. La mayoría de construcciones hasta ahora descubiertas datan de los siglos XVII y XVIII. Se trata de cabañas y estructuras diversas hechas de piedra y terrones, con entretejido de ramas que sostuvo techos de piel de oveja. Se han identificado recintos ocupados por curtidores, cerveceros y proveedores de vituallas diversas.
La mayor cantidad de restos aparece en la parte inferior y llana del Hallurinn, la prolongada colina que discurre paralela y al pie de la gran brecha de Almannagjá. En la falda de esa colina hay ahora una plataforma de madera, en el lugar que debió de ser el Lögberg medieval o Roca de la Ley donde el presidente de la Asamblea, elegido para períodos de tres años, proclamaba las decisiones que después quedarían escritas. Cerca está el Snorrabúð, el Sitio de Snorri, lugar así llamado tras los dos períodos en que el célebre personaje presidió el parlamento. (Ver entrada del 27 de agosto de 2010: DEILDARTUNGUHVER...)
Otro grupo de ruinas está dentro de la misma grieta de Almannagjá y pertenece a la última época del Alþing.
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Mapa del área central de Þingvellir. Se indican los nombres de algunas fisuras. |
En la margen oriental del río Öxará, junto al cementerio y la actual iglesia, hay vestigios de un número importante de construcciones conocidas como Biskupabúðir (Cabañas del Obispo). Hay también algunas estructuras en el Spöngin, la estrecha franja de tierra que se alarga entre las fisuras de Nikulásargjá y Flosagjá, dos brechas inundadas por un agua tan serena e impoluta que, en algún paraje, el fondo llega a ser visible hasta más de veinte metros.
En diversos lugares del área de Þingvellir hay también huellas de granjas abandonadas y de otras construcciones que dan una idea muy exacta de la vida rural en los siglos XVIII y XIX. Además, se conserva gran abundancia de topónimos antiguos relativos a las granjas, a los recursos naturales y a las actividades del parlamento.
El río Öxará (río Hacha), que viene de nacer en el lago Myrkavatn, al norte del Monte Búrfell, llega a Þingvellir y topa perpendicularmente con la gran brecha de Almannagjá en la que se precipita por la cascada Öxarárfoss, que dista sólo un kilómetro hacia el norte y es bien visible desde el corazón del Parque. Relata una saga que el curso del agua fue forzado a discurrir durante un buen tramo por la brecha, de manera que la multitud asistente a la Asamblea dispusiera de líquido abundante. Poco antes de llegar a la Lögberg, el agua abandona la fisura y pasa a recorrer un breve y plácido tramo por la llanura verde hasta perderse en el lago Þingvallavatn.
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Las grietas de Flosagjá y Peningagjá con la estrecha franja de Spöngin en medio. La fisura de Peningagjá se llama así desde que los visitantes acostumbran a echar monedas al agua en busca de suerte. |
Los primeros colonizadores de la isla eran paganos, devotos de los Æsir -Odín, Frigg, Thor, Baldr, Tyr y muchos otros-, los principales dioses de la mitología vikinga. En el año 999 ocurrió lo que los islandeses llaman la kristnitaka, la conversión masiva al cristianismo. El Libro de los Islandeses de Ari Þorgilsson se ocupa de este asunto. Aunque el autor nació 67 años después, cita fuentes de primera mano. Por ellas se sabe que hubo en Þingvellir fuertes enfrentamientos entre partidarios de una y otra religión y que la adopción definitiva de una de ambas tuvo que ser sometida a arbitraje. Durante días, las dos facciones acudieron al Lögberg donde se organizó tal tumulto que nadie era capaz de escuchar lo que allí se decía.
El sacerdote pagano y entonces portavoz del Alþing, Þorgeir Þorkelsson, a quien las crónicas recuerdan como persona moderada y razonable, fue aceptado como mediador por las dos partes y aceptó la responsabilidad de decidir a condición de que todos acataran su veredicto. Una vez que la asamblea se mostró de acuerdo, Þorgeir permaneció durante veinticuatro horas meditando, cubierto por una manta de piel. Al día siguiente anunció que Islandia sería cristiana con dos salvedades: las viejas leyes concernientes al infanticidio y al consumo de carne de caballo deberían seguir en vigor y los cultos paganos deberían ser permitidos en la intimidad. (Deshacerse de los niños no deseados era una costumbre arraigada en Islandia y en otras culturas. El consumo de carne de caballo, vetado desde antiguo por varios pueblos, había sido prohibido en la cristiandad por el Papa Gregorio III en el año 732).
Decidida la conversión, Þorgeir cogió los ídolos paganos y los arrojó por la gran cascada del río Skjálfandafljót que está cincuenta kilómetros aguas arriba de la bahía de Húsavík. (Junto a la carretera N1, unos 50 km. al este de Akureyri). Aquel salto se llama desde entonces Goðafoss, la Cascada de los Dioses.
La Lögrétta es el lugar de la asamblea legislativa o suprema institución del Alþing. Un portavoz la gobernaba mientras 48 jefes regionales se sentaban en la plataforma central. Cada cacique llevaba consigo dos consejeros. Cuando se establecieron las diócesis de Hólar y Skálholt, los obispos también pasaron a sentarse en la Lögrétta, que albergó desde entonces a 146 miembros.
Avanzado el siglo XIII los islandeses quedaron bajo la autoridad del rey de Noruega, lo que hizo que la Lögrétta fuera reducida a la condición de mero tribunal de justicia con atribuciones limitadas.
En 1564, con la legalización del llamado Stóridómur (el Gran Juicio), aumentaron fuertemente los castigos físicos. El Pozo de los Ahogados o la Peña de la Horca recuerdan aquel tiempo.
En 1564, con la legalización del llamado Stóridómur (el Gran Juicio), aumentaron fuertemente los castigos físicos. El Pozo de los Ahogados o la Peña de la Horca recuerdan aquel tiempo.
En 1662, los miembros de la Lögrétta acordaron reconocer la autoridad del rey de Dinamarca. A partir de entonces las atribuciones del Alþing se fueron reduciendo hasta que tuvo lugar la última asamblea en 1798.
Es impresionante la geología de este lugar me encantaría poder sentir y vivir este lugar...
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