miércoles, 13 de octubre de 2010

REYKJAVÍK (II): los primeros vikingos en la tierra del hielo.

La popular imagen de los vikingos bestiales, ataviados con casco y cuernos, es relativamente moderna. Los islandeses la utilizan a veces como diversión y para reírse con (quizá también para "reírse de")  los turistas y venderles alguna baratija que ellos regalarán a sus amistades cuando vuelvan al país de origen.  




Se conoce como Edad Vikinga o Edad de los Vikingos la que va desde el siglo VIII hasta la conquista de Inglaterra por los normandos (los Hombres del Norte) en 1066.

La voz víking, en noruego antiguo, se refiere a una expedición por mar. La expresión fara í víking en los escritos medievales significa navegar formando parte de una misión por alta mar, bien sea para exploración, intercambio comercial, piratería o saqueo. Es decir, se refiere a una actividad y no a una etnia o a una cultura.
La sociedad escandinava se organizaba entonces en clanes o familias entendidas en sentido muy amplio, cada una con su jefe o cacique del que dependía toda una estirpe o casta y también cierto número de esclavos. Como la herencia se transmitía al primogénito, cualquier otro miembro del linaje, si quería hacer fortuna, debía buscarla. Y dado que no había buenas tierras para todos, fueron muchos los que se echaron a la mar en busca de oportunidades, es decir, fueron muchos los que acometieron un viking para buscar y colonizar nuevas tierras.


Recreación de una nave vikinga del siglo IX.

En el inicio de la hoy llamada Edad Vikinga, los intrépidos escandinavos llegaron a Islandia. El Landnámabók (Libro de los Asentamientos) recoge que un tal Naddoðr or Naddaðr, navegante noruego que se dirigía a las Islas Feroe, perdió el rumbo y fue el accidental descubridor de la nueva tierra. Recaló en la costa oriental, cerca del Reyðarfjörður, y subió a la montaña más alta esperando detectar humo o alguna otra señal que indicase la presencia humana pero no vio nada que llamara su atención. Cuando descendía hacia la costa en busca del barco, empezó a nevar fuertemente. Naddoðr zarpó y llegó por fin a las Islas Feroe, donde se asentó y dio a conocer la existencia del territorio deshabitado que acababa de conocer y al que llamó Snæland (País de la Nieve). Algunos investigadores creen que éste mismo Naddoðr fue el primer vikingo que llegó al continente americano, lo cual habría ocurrido 150 años antes de que Leifur Ericsson descubriera Vinland o Terranova.

Tras la aventura de Naddoðr, el sueco Garðarr Svavarsson también se perdió mar adelante y llegó a la costa este de Islandia sin saber dónde estaba. Navegó luego hacia el sur y terminó por rodear todo el territorio descubriendo que se trataba de una isla. Después de pasar un invierno en Húsavík, abandonó aquella tierra que bautizó como Garðarshólmi (Islote de Garðarr).
Poco tiempo después Flóki Vilgerðarson (alias Hrafna-Flóki o Flóki el Cuervo) se embarcó conscientemente con destino al país de Garðarshólmi, del que había oído hablar. Tomó tierra en Barðaströnd y allí pasó un invierno muy frío. Los témpanos de hielo que iban a la deriva por el Vatnafjörður le sugirieron el nombre que la isla lleva desde entonces: Ísland (Isla del Hielo).
Ver http://julio-islandia.blogspot.com/2010/10/husavik-es-una-preciosa-poblacion-con.html    



Navegación de Naddoðr, Garðarr Svavarsson y Flóki Vilgerðarsson alrededor de Islandia en el siglo IX.

Hacia el año 874 DC, el noruego Ingólfur Arnarson llegaría a ser el primer colono permanente del país. Zarpó desde Noruega en compañía de su hermanastro Hjorleifur. Ambas familias navegaron en sendos barcos hasta que avistaron la tierra nueva. Según la tradición de los vikingos, Ingólfur echó inmediatamente al mar su öndvegissúlur decidido a aposentarse en el lugar de la costa a donde las olas lo arrastraran. (El öndvegissúlur es el par de pilares de madera labrada con imágenes de los dioses Æsir y del Yggdrasil o árbol de la vida, que flanquea el asiento del jefe en la vivienda familiar).
Inicialmente Ingólfur dejó su barco varado en el paraje que hoy se llama Ingolfshofði, en el extremo oriental de la inmensa marisma del Skeiðarársandur, al sur del glaciar Öraefajökull. 
Hoörleifur, por su parte, fue más al oeste y tomó tierra en el lugar que ahora se conoce como Hjorleifshofði, junto a las arenas del Mýrdalssandur, unos diez kilómetros al este de la población de Vík. Hoörleifur tenía previsto que, con la ayuda de un buey y un arado, sus esclavos empezasen de inmediato a preparar la siembra para la próxima primavera. Pero un esclavo llamado Dufthakur se dispuso a traicionarlo. Dufthakur y sus compinches mataron al buey y dijeron que el causante había sido un oso. Hoörleifur ordenó que su gente de confianza se desparramara para buscar al oso y entonces los esclavos, bien organizados, lograron acabar con la familia y con el propio Hoörleifur antes de huir con el barco.
Mientras tanto, unos siervos de Ingólfur que iban siguiendo hacia el oeste el rastro del öndvegissúlur, descubrieron lo que había ocurrido y volvieron atrás para advertir a su jefe. Éste  se echó al mar tras los asesinos, los localizó en las islas Westmann y acabó con ellos.
No fue hasta el verano cuando la gente de Ingólfur Arnarsson localizó por fin el öndvegissúlur varado en el lugar donde hoy está la ciudad de Reykjavík.


Ingólfur Arnarsson indica a su gente el lugar donde clavar los postes del öndvegissúlur, ceremonia previa al asentamiento definitivo en Islandia. 

Se supone que las abundantes solfataras y pozos de agua hirviendo cuyas columnas de vapor y gas son visibles a lo largo de la costa en el sudoeste de Islandia inspiraron el nombre de la península de Reykjanes. Y se supone también que los manantiales de agua caliente que hubo en al vallejo de Laugardalur dieron el nombre a Reykjavík, que equivale a Bahía Humeante.

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