jueves, 3 de junio de 2010

ÓDÁÐAHRAUN: la leyenda de Eyvindur y Fjalla


El cráter Hrossaborg, en el arranque de la pista F88 que atraviesa el desierto de Odadahraun camino de Askjá.

Nuestro coche a la entrada al cráter Hrossaborg.

El monte Herdoubreid a lo lejos, fotografiado con teleobjetivo desde el filo del cráter Hrossaborg, quedando por medio el vasto desierto de Odadahraun.
(Las tres fotos anteriores fueron tomadas en el verano de 2010. Las siguientes datan del viaje de 1996).







El complejo Askjá según el panel allí instalado.

El lago Öskjuvatn.

Caminando por la nieve desde el lugar de aparcamiento hacia el cráter Viti y el lago Öskjuvatn. (Finales de junio de 1996).

Una de estas no muy buenas imágenes, tomadas en 1996 con máquina de película y pasadas por un mal scanner, muestra los tres cráteres más relevantes del complejo Askja. La cadena de montañas nevadas visible a lo lejos es el borde de la gigantesca depresión originada por un hudimiento de la cámara de magma en épocas prehistóricas. Dentro de ese inmenso socavón hay otro, el Öskuvatn o Lago Ceniciento, que tiene 8 km. de diámetro y es producto del hundimiento ocurrido en 1875. Y por fin, en el borde del Öskuvatn, se ve el pequeño pero feroz cráter Viti, al que el grupo de amigos que nos acompañó en 1996 se asoma mientras uno de nosotros toma un baño. (Al poco tiempo rompió a nevar entre rachas de viento y todos huyeron hacia el lejano lugar de aparcamiento mientras el bañista se las arreglaba como podía).
En otra foto, Emilia, Primi y Lucy se pelan de frío en el desierto de Ódáðahraun. Tras ellos, a la derecha, por debajo del cartel y a lo lejos, apenas se distingue la silueta del monte Herðubreið.

Algún mal traductor del islandés interpretó la voz Ódáðahraun como el campo de lava de las hazañas perversas y así aparece llamado en algunas guías. Vamos a dejarlo en El Desierto de los Bandidos. Se trata del mayor campo de lava del mundo. Tiene una extensión de cinco mil kilómetros cuadrados y linda con el gran glaciar Vatnajökull.
Se penetra en Ódáðahraun a través de la pista F88, que abandona la carretera N1unos 35 km. al este del lago Mývatn, en Hrossaborg, cerca de la granja de Grímsstaðir. Justramente aquí,  donde arranca la F88 y a mano derecha, un viejo cráter fue en su tiempo usado como corral para los caballos, de ahí su nombre: Hrossaborg, la Fortaleza de los Caballos. Un cortísimo ramal de la pista 88 accede a este anfiteatro natural.
La F88 sigue inicialmente el flanco occidental del Jökulsá á Fjöllum, uno de los más caudalosos y turbulentos ríos de Islandia. Durante el recorrido es necesario atravesar alguno de sus pequeños afluentes sobre los que no hay puente. El primero, el más importante, es el Grafarlandaá, a unos 40 km. desde el inicio de la pista. Bastantes conductores han tenido serios problemas aquí por lo inadecuado del vehículo o por actuación... digamos que temeraria. (Continuando por la N1 hacia el este, unos 37 km. más allá del inicio de la pista 88, arranca otra pista, la F905 -más adelante F910-, por la que se accede a Askjá sin el problema de los vados). En cualquier caso, los últimos kilómetros son complicados y obligan a una conducción muy lenta.

Dominando la región del Ódáðahraun se distingue desde todas partes la montaña Herðubreið (1.682 m.), una gran formación de roca basáltica con aspecto de tarta de moka coronada con nata, a la que los islandeses llaman “Reina de las Montañas”. Herðubreið significa Hombros Anchos o Espalda Ancha y es lo que los geólogos definen como un móberg, una elevación con la cima plana debido a que fue originada por una erupción ocurrida bajo un grueso glaciar que encorsetó los basaltos. El cono volcánico que remata la meseta se debe a la explosión final de la burbuja que estaba comprimida bajo mil metros de hielo. Dicen que la ascensión a esta cima es más difícil de lo que parece a primera vista.

Tras veinte 20 km. más por la F88 se alcanza Herðubreiðarlindir, un oasis con hierba, flores y algunas fuentes de agua templada que manan bajo el frente de lava y van a confluir en el río Lindaá. Al oeste, a unos 6 km., se alza el Monte Herðubreið. En este oasis hay un área de acampada con refugio nocturno, cocina y lavabo. Hay desde aquí un sendero que lleva hasta el escondrijo de Eyvindur, el más legendario de los bandidos que sobrevivieron en el Ódáðahraun. La cueva original se hundió en 1922 pero la rehicieron en el mismo sitio.

La leyenda de Eyvindur y Fjalla
Los más célebres forajidos islandeses desde los tiempos de las sagas para acá fueron Eyvindur y Fjalla. Son los únicos proscritos que lograron permanecer fugados durante los veinte años necesarios para obtener el perdón. Hay muchos lugares en Islandia llamados Eyvindur y esto evidencia lo mucho que la pareja corrió de un lado para otro. Abandonada su granja en los fiordos del oeste, Eyvindur y Fjalla se establecieron en Hveravellir, en la actual ruta del Kjölur. Durante los meses sin nieve, la ruta por el Kjölur es la más rápida para atravesar la isla desde el área de Reykjavík a los fiordos del norte. Allí la pareja se dedicó a asaltar a los transeúntes y a robar ganado de las granjas cercanas. Cuando fueron perseguidos por una patrulla organizada y vengativa, escaparon a la cuenca del Þjórsá, al oeste del volcán Hekla, donde permanecieron durante unos años, los más agradables de su época de bandidaje, según el propio Eyvindur manifestó después. Luego pasaron al remoto desierto de Sprengisandur. Atrapados por fin tras haber robado un caballo, Eyvindur y Fjalla fueron encerrados en la iglesia de Mývatn, pero Eyvindur logró escapar tras pedir que lo desatasen para poder rezar como Dios manda. Tuvo la suerte de que una espesa niebla inundara todo el contorno permitiéndole esconderse en un lugar cercano. Allí se quedó quieto hasta que la gente dejó de buscarlo pensando que ya estaría demasiado lejos. Entonces robó otro caballo y cabalgó al sur, hasta el Herðubreiðarlindir, y logró sobrevivir al terrible invierno de 1774–1775 metido en una cueva que él mismo excavó en el frente de lava. Durante meses se alimentó de la carne del caballo y de las raíces amargas de la planta Angélica, que crece en aquel paraje. (Angélica archangélica o hierba del Espíritu Santo, muy apreciada e incluso venerada en la antigüedad por su poder para curar enfermedades infecciosas). Tiempo después se encontró nuevamente con Fjalla y ambos anduvieron merodeando por todo el país, siempre huyendo, forzados por el hambre y tratando de deshacerse de los hijos que iban teniendo. La tradición afirma que, tras ser perdonados, regresaron a su granja donde murieron a finales del siglo XVII.
La cueva de Eyvindur es un monumento legendario. Téngase en cuenta que en Islandia no hay apenas más reliquias de los siglos X al XVIII que aquellos lugares a los que hacen referencia las sagas. A veces se trata de una simple piedra, de un pozo de baño, de un desfiladero o de una cueva. Pero así como en la Europa central o mediterránea no suele ser posible asociar con fundamento riguroso un suceso legendario a un concreto accidente del terreno, en Islandia sí. La tradición oral y escrita, transmitida entre la escasísima y tan aislada población de la isla, se ha encargado de ello.

Los monumentos naturales en esta área de Ódáðahraun son la garganta del río, el monte  y, ante todo, el complejo volcánico de Askja. A partir del oasis de Herðubreiðarlindir, la pista va virando poco a poco hacia el oeste, alejándose del río y aproximándose a las oscuras montañas Dyngjufjöll que bordean por el este la caldera de Askja.
Al cabo de 33 km. alcanza el paraje de Drekagil (El desfiladero del Dragón), donde hay otro área de acampada y un pequeño y cuidado refugio justo en la boca de un áspero cañón por cuyo interior se puede hacer una pequeña exploración. Hay un senderito y conviene llegar, al menos, hasta la cercana cascada.
Desde Drekagil, la pista aún prosigue durante ocho kilómetros más, quizá los peores. A principios de julio, en algunos tramos, aún va encajada entre farallones de nieve. Se llega por fin al Vikraborgir, la fisura por donde ocurrió la erupción de 1961. Aquí hay que aparcar el vehículo para empezar a caminar, ya por dentro de la caldera de Askja, durante una media hora.
Askja (La Caldera) es un enorme cráter debido a un derrumbamiento ocurrido por la actividad volcánica en épocas prehistóricas. En su interior hay otro cráter originado en el siglo XIX al hundirse la cámara subterránea de magma después de que el volcán expulsara al exterior la ingente masa de lava que cubre la región. Todo el territorio, entre este lugar y la costa del Vopnafjörður, quedó sepultado bajo capas de piedra pómez amarilla de hasta dos metros de espesor, lo que causó el envenenamiento del suelo y su esterilización. Unos dos mil granjeros de la comarca tuvieron que emigrar al Canadá. Este cráter, de 50 kilómetros cuadrados, es ahora un lago, el Öskuvatn (Lago Ceniciento), que tiene 217 metros de profundidad.
Poco tiempo después del hundimiento, en 1912, hubo en el mismo borde del lago una nueva y colosal explosión que vomitó dos kilómetros cúbicos de rocas con tal fuerza que el polvo y la grava cayeron hasta en Dinamarca. Como resultado de este cañonazo catastrófico, quedó el cráter Viti (El Infierno), también ahora inundado. Por aquel tiempo alguien describió el orificio como la caldera del Diablo de la que huye todo bicho viviente; los caballos tiemblan con un miedo mortal y a duras penas uno consigue que se mantengan quietos en sus proximidades.La caminata para llegar al Viti se hace sobre el material expulsado en la erupción de 1961. Se alcanza así el borde del Öskuvatn y la boca del Viti, que hoy es un paraje más amable. Se puede descender por sus escarpados bordes punteados por pequeñas fumarolas y tomar un baño en las densas aguas de un opaco y extraño color blanquiazul que pueden parecer tibias -tienen entre 22 y 30ºC en las orillas- pero son más calientes en el centro y queman a poco que uno profundice en ellas o sienta las burbujas de vapor en torno a sus pies.

Nota: 13 km. antes de llegar a Drekagil, un ramal parte de la pista F88 hacia el sur. Se trata de la F910 que conduce al sistema volcánico de Kverkfjöll. Aquí es donde realmente chocan los dos extremos de la naturaleza islandesa en nuestro tiempo: el hielo del mayor glaciar de Europa y el más poderoso de los sistemas volcánicos. Para visitar las enormes cuevas de hielo y demás monumentos naturales conviene informarse muy bien con los encargados del refugio de Herðubreiðarlindir y llevar un buen mapa. Por nuestra parte, el asunto queda pendiente para una tercera ocasión, si es posible.












1 comentario:

  1. Hola, he llegado a tu blogo desde el foro de meteored. Aunque los volcanes y lo que tenga que ver con el poderío de la tierra me encanta, lo que me fascina son las leyendas & tradiciones. Archivaré la de la pareja que huye, que me recuerda otra pareja en huída en una isla cercana y de suelo menos agitado. También iban dejando huellas en los nombres de sitios donde se refugiaban.
    Hay un río en Islandia que se llama "Hacha", que tiene una interesante leyenda toponímica y que al parecer comunica con una falla bastante profunda. Me gustaría localizarlo en un mapa, pero sin saber el idioma soy incapaz. ¿Podrías ayudarme? (Entiendo que igual hay 50 ríos "Hacha" allí, son así las cosas de los nombres de los sitios). En mi nick hay enlace a mi blog/email, si no te importa. Agradecida y envidiosa (tienes a mano dos cosas poderosas: fuego y hielo). Salud :)

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